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                    LA EXPERIENCIA DEL PREDICADOR
ECLESIASTÉS 1:1-4, 12-18
1-Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. 2-Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. 3-¿QUÉ PROVECHO TIENE EL HOMBRE DE TODO SU TRABAJO CON QUE SE AFANA DEBAJO DEL SOL? 4-Generación va, y generación viene; más la tierra siempre permanece. 12-Yo el Predicador fui rey sobre Israel en Jerusalén. 13-Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él. 14-Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. 15-LO TORCIDO NO SE PUEDE ENDEREZAR, Y LO INCOMPLETO NO PUEDE CONTARSE. 16-Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia. 17-Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu. 18-PORQUE EN LA MUCHA SABIDURÍA HAY MUCHA MOLESTIA; Y QUIEN AÑADE CIENCIA, AÑADE DOLOR.
ECLESIASTÉS 2:1-26 1-Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad. 2-A la risa dije: ENLOQUECES; y al placer: ¿DE QUÉ SIRVE ESTO? 3-Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida. 4-Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas; 5-Me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto. 6-Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. 7-Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén. 8-Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música. 9-Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría. 10-NO NEGUÉ A MIS OJOS NINGUNA COSA QUE DESEARAN, NI APARTÉ MI CORAZÓN DE PLACER ALGUNO, PORQUE MI CORAZÓN GOZÓ DE TODO MI TRABAJO; Y ÉSTA FUE MI PARTE DE TODA MI FAENA. 11-Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol. 12-Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; porque ¿Qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho. 13-Y he visto que la sabiduría sobrepasa a la necedad, como la luz a las tinieblas. 14-EL SABIO TIENE SUS OJOS EN SU CABEZA, MAS EL NECIO ANDA EN TINIEBLAS; PERO TAMBIÉN ENTENDÍ YO QUE UN MISMO SUCESO ACONTECERÁ AL UNO COMO AL OTRO. 15-Entonces dije yo en mi corazón: COMO SUCEDERÁ AL NECIO, ME SUCEDERÁ TAMBIÉN A MÍ. ¿PARA QUÉ, PUES, HE TRABAJADO HASTA AHORA POR HACERME MÁS SABIO? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad. 16-Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; PUES EN LOS DÍAS VENIDEROS YA TODO SERÁ OLVIDADO, Y TAMBIÉN MORIRÁ EL SABIO COMO EL NECIO. 17-ABORRECÍ, POR TANTO, LA VIDA, PORQUE LA OBRA QUE SE HACE DEBAJO DEL SOL ME ERA FASTIDIOSA; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu. 18-Asimismo
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aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, EL CUAL TENDRÉ QUE DEJAR A OTRO QUE VENDRÁ DESPUÉS DE MÍ. 19-Y ¿QUIÉN SABE SI SERÁ SABIO O NECIO EL QUE SE ENSEÑOREARÁ DE TODO MI TRABAJO EN QUE YO ME AFANÉ Y EN QUE OCUPÉ DEBAJO DEL SOL MI SABIDURÍA? Esto también es vanidad. 20-Volvió, por tanto, a desesperanzarse mi corazón acerca de todo el trabajo en que me afané, y en que había ocupado debajo del sol mi sabiduría. 21-¡QUE EL HOMBRE TRABAJE CON SABIDURÍA, Y CON CIENCIA  CON RECTITUD, Y QUE HAYA DE DAR SU HACIENDA A HOMBRE QUE NUNCA TRABAJÓ EN ELLO! También es esto vanidad y mal grande. 22-Porque ¿Qué tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga de su corazón, con que se afana debajo del sol? 23-PORQUE TODOS SUS DÍAS NO SON SINO DOLORES, Y SUS TRABAJOS MOLESTIAS; AUN DE NOCHE SU CORAZÓN NO REPOSA. Esto también es vanidad. 24-NO HAY COSA MEJOR PARA EL HOMBRE SINO QUE COMA Y BEBA, Y QUE SU ALMA SE ALEGRE EN SU TRABAJO. TAMBIÉN HE VISTO QUE ESTO ES DE LA MANO DE DIOS. 25-Porque ¿Quién comerá, y quién se cuidará, mejor que yo? 26-PORQUE AL HOMBRE QUE LE AGRADA, DIOS LE DA SABIDURÍA, CIENCIA Y GOZO; MAS AL PECADOR DA EL TRABAJO DE RECOGER Y AMONTONAR, PARA DARLO AL QUE AGRADA A DIOS. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.


                                        LA VANIDAD DE LA VIDA
ECLESIASTÉS 5:8-20 8-Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos. 9-Además, el provecho de la tierra es para todos; el rey mismo está sujeto a los campos. 10-EL QUE AMA EL DINERO, NO SE SACIARÁ DE DINERO; Y EL QUE AMA EL MUCHO TENER, NO SACARÁ FRUTO. También esto es vanidad. 11-Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos? 12-DULCE ES EL SUEÑO DEL TRABAJADOR, COMA MUCHO, COMA POCO; PERO AL RICO NO LE DEJA DORMIR LA ABUNDANCIA. 13-Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: LAS RIQUEZAS GUARDADAS POR SUS DUEÑOS PARA SU MAL; 14-Las cuales se pierden en malas ocupaciones, y a los hijos que engendraron, nada les queda en la mano. 15-COMO SALIÓ DEL VIENTRE DE SU MADRE, DESNUDO, ASÍ VUELVE, YÉNDOSE TAL COMO VINO; y nada tiene de su trabajo para llevar en su mano. 16-ÉSTE TAMBIÉN ES UN GRAN MAL, QUE COMO VINO, ASÍ HAYA DE VOLVER. ¿Y DE QUÉ LE APROVECHÓ TRABAJAR EN VANO? 17-ADEMÁS DE ESTO, TODOS LOS DÍAS DE SU VIDA COMERÁ EN TINIEBLAS, CON MUCHO AFÁN Y DOLOR Y MISERIA. 18-He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque ésta es su parte. 19-Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios. 20-Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón.
ECLESIASTÉS 6:1,2 1-Hay un mal que he visto debajo del cielo, y muy común entre los hombres: 2-EL DEL HOMBRE A QUIEN DIOS DA RIQUEZAS Y BIENES Y HONRA, Y NADA LE FALTA DE TODO LO QUE SU ALMA DESEA; PERO DIOS NO LE DA FACULTAD DE DISFRUTAR DE ELLO, SINO QUE LO DISFRUTAN LOS EXTRAÑOS. Esto es vanidad, y mal doloroso.