ANANÍAS Y SAFIRA
HECHOS 5:1-11
1-Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, 2-Y sustrajo el precio, sabiéndolo también  su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. 3-Y dijo Pedro: Ananías, ¿POR QUÉ LLENÓ SATANÁS TU CORAZÓN PARA QUE MINTIESES AL ESPÍRITU SANTO, Y SUSTRAJESES DEL PRECIO DE LA HEREDAD? 4-Reteniéndola,  ¿no se te quedaba a ti? Y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿por qué pusiste esto en tu corazón? NO HAS MENTIDO A LOS HOMBRES, SINO A DIOS. 5-Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. 6-Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron. 7-Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. 8-Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. 9-Y Pedro le dijo: ¿POR QUÉ CONVINISTEIS EN TENTAR AL ESPÍRITU DEL SEÑOR? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. 10-Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido. 11-Y VINO GRAN TEMOR SOBRE TODA LA IGLESIA, Y SOBRE TODOS LOS QUE OYERON ESTAS COSAS.


                           MUCHAS SEÑALES Y MARAVILLAS
HECHOS 5:12-42 12-Y por mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. 13-De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente. 14-Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; 15-Tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, PARA QUE AL PASAR PEDRO, A LO MENOS SU SOMBRA CAYESE SOBRE ALGUNO DE ELLOS. 16-Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; Y TODOS ERAN SANADOS.

                           PEDRO Y JUAN SON PERSEGUIDOS
17-Entonces levantándose el sumo sacerdorte y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; 18-Y echaron mano a los apóstoles y los puesieron en la cárcel pública. 19-Más un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: 20-ID, Y PUESTOS EN PIE EN EL TEMPLO, ANUNCIAD AL PUEBLO TODAS LAS PALABRAS DE ESTA VIDA. 21-Habiendo oído esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Entre tanto, vinieron el sumo sacerdote y los que estaban con él, y convocaron al concilio y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel para que fuesen traídos. 22-Pero cuando llegaron los alguaciles, no los hallaron en la cárcel; entonces volvieron y dieron aviso, 23-Diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas afuera de pie ante las puertas; mas cuando abrimos, a nadie hallamos

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dentro. 24- Cuando oyeron estas palabras el sumo sacerdote y el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes, dudaban en qué vendría a parar aquello. 25-Pero viniendo uno, les dio esta noticia: HE AQUÍ, LOS VARONES QUE PUSISTEIS EN LA CÁRCEL ESTÁN EN EL TEMPLO, Y ENSEÑAN AL PUEBLO. 26-Entonces fue el jefe de la guardia con los alguaciles, y los trajo sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo. 27-Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó, 28-Diciendo: ¿NO OS MANDAMOS ESTRICTAMENTE QUE NO ENSEÑASEIS EN ESE NOMBRE? Y AHORA HABÉIS LLENADO A JERUSALÉN DE VUESTRA DOCTRINA, Y QUERÉIS ECHAR SOBRE NOSOTROS LA SANGRE DE ESE HOMBRE. 29-Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: ES NECESARIO OBEDECER A DIOS ANTES QUE A LOS HOMBRES. 30-El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. 31-A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel ARREPENTIMIENTO Y PERDÓN DE PECADOS. 32-Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, El cual ha dado Dios a los que le obedecen. 33-ELLOS, OYENDO ESTO, SE ENFURECÍAN Y QUERÍAN MATARLOS. 34-Entonces levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles, 35-Y luego dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres. 36-Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien. A éste se unió un número como de cuatrocientos hombres; pero él fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada. 37-Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días de censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados. 38-Y ahora os digo: APARTAOS DE ESTOS HOMBRES, Y DEJADLOS; PORQUE SI ESTE CONSEJO O ESTA OBRA ES DE LOS HOMBRES, SE DESVANECERÁ; 39-MAS SI ES DE DIOS, NO LA PODRÉIS DESTRUIR; NO SEÁIS TAL VEZ HALLADOS LUCHANDO CONTRA DIOS. 40-Y convinieron con él, y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. 41-Y ellos salieron de la presencia del concilio, GOZOSOS DE HABER SIDO TENIDOS POR DIGNOS DE PADECER AFRENTA POR CAUSA DEL NOMBRE. 42-Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.       
                                                                                  
                                    

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